(CNN) – Melania Trump dio un paso al centro del escenario el lunes para dar el discurso de más alto perfil de su vida, ofreciendo testimonios sobre el carácter de su marido, Donald Trump.
La exmodelo, que rara vez adquiere un papel principal en la campaña electoral, fue la principal atracción en la primera noche de la Convención Nacional Republicana.
“Con todo mi corazón, sé que va a hacer una diferencia grande y duradera”, dijo. “Él nunca se dará por vencido y nunca, nunca les fallará”.
“Donald es y siempre ha sido un líder increíble. Ahora trabajará para ustedes”, continuó.
Melania, de 46 años, que nació y se crió en Eslovenia, pronunció un discurso aplomado y con confianza en un idioma que no es su lengua materna. Retrató a su marido como fuerte, pero amable y leal. En un aparente intento de suavizar su imagen tras su llamado a una prohibición temporal de la inmigración musulmana y su dura retórica sobre los inmigrantes indocumentados, Melania dijo que iba a ser un presidente para todos, incluidos los judíos, los cristianos, los musulmanes y los hispanos.
Habló conmovedoramente acerca de cómo se enamoró de Trump. Y advirtió que el período previo a las elecciones de noviembre podría lleno de baches.
“La carrera será dura”, dijo. “Habrá momentos buenos y malos tiempos y giros inesperados. No sería una competencia de Trump sin emoción o drama”.
Su discurso coronó un día tumultuoso, en el que funcionarios republicanos evitaran los intentos de avergonzar al virtual candidato y a los líderes del partido, lo que sin embargo resaltó las profundas divisiones en el partido. Además de su discurso, el exalcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, dio un mensaje especialmente apasionado.
En un movimiento inusual para un candidato durante la Convención, Trump apareció en el escenario para presentar a su esposa con el sonido del himno de rock de Queen We are the Champions.
Regresó al escenario después del discurso de Melania, sonriendo a su esposa, y dándole un beso en la mejilla mientras levantaba el pulgar hacia la audiencia.
Melania ha estado trabajando con un escritor de discursos durante las últimas semanas. Hubo un énfasis en lo personal, una ventana a la personalidad del candidato republicano.
Melania Trump ha sido visible desde el comienzo de la campaña de Trump, pero a menudo se ve más de lo que se escucha. Hasta ahora ha sido la hija mayor de Trump, Ivanka, quien tuvo un papel más protagónico. Cuando Trump anunció su candidatura en junio pasado, fue Ivanka quien presentó a su padre, no Melania.
Además de unas rápidas palabras en en las primeras elecciones primarias en Iowa, Nueva Hampshire y Carolina del Sur, el primer discurso real de Melania no llegó hasta abril, en Milwaukee, y fueron solo noventa segundos.
“Es un gran líder. Es justo”, Melania Trump dijo a la multitud.
Y, tal vez en el momento en momento más memorable de ese discurso corto, Melania dio un mensaje muy específico, en un momento en el que Trump se vio envuelto en una controversia sobre su trato hacia las mujeres.
“No importa qué seas, hombre o mujer, él trata a todos por igual”, dijo.
Pero mientras pone reparos a estar delante de los focos, Melania ha tomado un papel más fuerte detrás de escena. Su voz tiene peso real en un candidato conocido por su estrecho círculo interno, en el que los miembros de su familia son tratados como sus asesores más cercanos.
Ha sabido intervenir en momentos clave durante la campaña para ayudar a calmar la situación, llamando a su marido y diciéndole que baje el tono de su retórica o actúe de forma más presidencial.
“No trato de cambiarlo. Es adulto. Sabe las consecuencias. Así que le dejo ser quien es”, dijo Melania a Anderson Cooper de CNN en una entrevista en febrero. “Le doy mis opiniones muchas veces”.
Trump le ha llamado su “arma secreta” y la ha elogiado en los mítines de campaña por ser “bella por dentro” e “inteligente”.
Pero ella no es una cónyuge política que esté constantemente teniendo peso.
“No aparece a no ser que crea que es necesario”, dijo un asesor de Trump.